martes, 15 de julio de 2008

De las joyas

"(...) No hay duda de que, en el fondo, la joya ha sido durante mucho tiempo un signo de poder absoluto, es decir, de virilidad (al fin y al cabo, sólo recientemente y bajo la influencia puritana de la indumentaria cuáquera, origen de nuestra indumentaria masculina, los hombres han dejado de llevar joyas). ¿Por qué, entonces, ha sido tan constantemente asociada en nuestra cultura a la mujer, a sus poderes y maleficios? Es porque el hombre delegó rápidamente en la mujer la exhibición de su propia riqueza (algunos sociólogos explican así el origen de la moda) : la mujer atestigua poéticamente la riqueza y el poder del marido. Sólo que, como siempre en la sociedad humana, un motivo de base de deja rápidamente investir con significaciones, símboles y efectos inesperados. Así, la exposición primitiva de la riqueza se vio penetrada por toda una mitología de la mujer: mitología todavía infernal, por lo demás, porque la mujer se pierde por la posesión de joyas y el hombre se condena por la mujer, portadora de esas mismas joyas por las que ella se vendió: a través de la cadena de las joyas, la mujer se entrega al diablo y el hombre se entrega a la mujer, ella misma convertida en piedra preciosa y dura; y no debemos creer que una tal simbólica, a la vez prosaica y espiritual, esto es, ingenua, pertenezca solamente a los tiempos bárbaros de nuestro Occidente: toda la sociedad del Segundo Imperio, por ejemplo, se embriagó y enloqueció con el poder de las joyas, con esa especie de conductibilidad a la Culpa que durante tanto tiempo fue como una propiedad física del diamante y el oro: Nana, de Zola, es en verdad el gran canto furioso de una sociedad que se consume en una doble destrucción, una doble devoración, podríamos decir: la mujer es comedora de hombres y diamantes al mismo tiempo.
En nuestros días, esta mitología todavía no ha desaparecido del todo(...) Pero el tema infernal conoce un visible declibe. Primero porque la mitología de la mujer ha cambiado (...) la mujer es cada vez menos fatal(...)Segundo, porque las joyas(...) ya casí no se llevan(...)"

2 comentarios:

Ljn.- dijo...

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"la mujer atestigua poéticamente la riqueza y el poder del marido."

mortal andy, q buen extracto.!
q se venga la segudna parteee
besotes





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Anónimo dijo...

Es increible como fue cambiando el uso de las joyas, la exhibición de la riqueza a través de los tiempos.

Justamente la otra vez, en mi lectura de los Reyes Malditos I (saga q te recomiendo, conociendote se que te encantaria), las mujeres de la realeza agasajaban a sus amantes regalandole joyas. También entre familias era un símbolo de presencia, recordatorio, presente, etc. Cuando los principes o reyes desposaban a una mujer, lo mismo hacian.
Y hoy en día, como bien dice en la última parte de tu post, ya casi ni se utilizan, es una pena.. (aunque gracias a dios no se usan, porq si me viese obligada a cargar con todo lo que usaban antes, moriria de alergia, jajaja)



Te adoro